Por la memoria!! Mensajes del alma (León Gieco)
Por la libertad
(Cristina Leiva - Cris. Lacarancha)
"Por la libertad" consta de dos capítulos:
Esta es una historia de muerte...de terror... verídica.
Rudy, de 20 años, un chico como cualquiera, con sueños, con alegrías y esperanzas,proyectos, amores, con la creencia de que sería capaz de cambiar el mundo por otro mas solidario, un mundo de igualdades, de respeto por el otro...
Rudy,mi
hermano, aunque ya no esté a mi lado
Octubre 1975 - San Miguel de Tucumán
Oid mortales el grito sagrado
Eran cálidas las nochecitas tucumanas.
La primavera reventaba en los naranjos florecidos que adornaban sus veredas. El
aroma a jazmines invadía el aire. El calorcito agradable invitaba a salir a las
calles, sentarse en los umbrales de las puertas de las pensiones estudiantiles,
tocar la guitarra y cantar las típicas canciones de protesta enriquecidas con
alguna que otra zamba o chacarera costumbrista.
Pero Teri una vez más, no salió a cumplir sus
deseos.
Se dejó ganar por el terror y dio vueltas y
vueltas en la cama sin poder
dormir. Y pensó que
nunca más lo haría, que nunca más volvería a
cantar, ni a
hacer el amor, ni a leer nuevamente su
libro preferido, Inventario de
Benedetti, el que tuvo
que deshacerse la noche que secuestraban a la
chica de
la pensión de al ladito nomas.
Los cascos de la montada en su
patrullaje nocturno le producían escalofríos. El sonido de esos cascos sobre
los adoquines le congelaban los huesos.
No pudo más. Se levantó y espió hacia
la calle por
la mirilla. 5 compañeros de ideales, de comedor universitario, de
“Si se calla el cantor”, contra la pared de la casa de enfrente…brazos levantados, piernas separadas,
cabeza gacha…
Soldados socavando en sus costillas
hasta hacerlos
quebrar de dolor. La patada con esas oscuras botas
en la boca
del estómago venía seguro si no tenían el
pensamiento y las respuestas rápidas
a sus
preguntas tan duras y tenebrosas como sus botas.
El agobio la ganó. Seguramente nunca
más
volvería a verlos...
No pudo vencer su cobardía. No se atrevió a gritar,
ni
a pedir ayuda, ni a hacerse notar…
Con el corazón partido en mil pedazos
volvió a su
cama. Toda la noche recordó a su madre, allá,
lejos, cuando llena
de angustia le decía a su
hermano en desgarrada súplica: ¡No te quiero héroe!
¡TE QUIERO VIVO!
El cansancio, el llanto, la impotencia
finalmente
fueron vencidos y se durmió. Soñó que su hermano
flotaba, y
elevándose lentamente, sonriendo y con
un clavel rojo como la sangre misma en
el ojal de
su camisa, la saludaba con la mano diciéndole adiós.
De sus muñecas colgaban dos gruesas
cadenas con
sus eslabones rotos, que arrastraba en su levitado
viajar.
Teri despertó sobresaltada. Prendió la
radio con
una tremenda intuición y escuchó: “5 guerrilleros
murieron en un
enfrentamientos contra las fuerzas
armadas. Tres subversivos escaparon. Hemos
vencido al enemigo”.
En la mente de Teri resuenan aún las
palabras del
himno nacional argentino.
Oid mortales el grito sagrado
Libertad
Libertad
Libertad...
Joan Manuel Serrat, Heredia, Gieco. ESMA 2004
Reencuentro
a
Graciela, si algún día vuelve
El reencuentro se produjo allí, sin pensarlo, después de algunos
años de ausencia, a pocos días de terminar 1983.
Era el retorno a la democracia. Todavía sentían en el
alma y en el cuerpo la alegría por los
festejos de año nuevo.
El espíritu aun estaba inundado de esa rara sensación de
paz y amor tan extrema y que los hacia sentir tan bien.
A pesar del intenso calor caminaban sin prisa, de la mano,
riéndose, recordando anécdotas simpáticas,
disfrutando de la noche límpida y estrellada.
La luna se veía inmensa,
romántica, cómplice de la sutil invitación y Palito ortega llenaba el aire con
su: la felicidad ha ha ha ha, de sentir … canción propia de aquella época y ellos, mas cercanos aún se
apretaban uno a otro. De vez en cuando una caricia. De vez en cuando un fugaz beso.
Solo sus manos hablaban, conectándolos
con intensidad, el sublime lenguaje del amor y el deseo.
Pensaron en concretar, por fin, ese acto tantas veces soñado y tantas otras postergado por la intolerancia de los padres de ella,
por la celosa mirada de la madre de el…
por la juventud de ambos, por sus
estudios en otra provincia… por esa inexplicable violencia a que fue
sometido cuando una noche, encapuchados,
y a los golpes se lo llevaron sin explicación y tras la feroz tortura, un
certero tiro de gracias libertó su espíritu
dejando sus sueños truncos, deshechos, definitivamente destruidos...
Ella, sola, llorando su ausencia, sumida en el más profundo
de los pesares muy pronto siguió sus pasos.
La buscaron, la maltrataron,
la deshicieron en mil pedazos dejando
sólo sus súplicas llenas de terror, de
dolor y de vergüenza, flotando en el aire.........
Apresuraron el paso. Caminaron rápidamente por esa callecita oscura. Ya
faltaban unos pocos pasos para llegar a su refugio.
El cielo se iluminó y
la noche cerrada desapareció repentinamente.
El espacio y el
tiempo se volvieron inexistentes.
El, con suaves y candentes caricias rozó sus cabellos, y ella se estremeció y lo
recibió con candor.
Una suave brisa los envolvía
inundando sus sentidos con el exquisito aroma de las glicinas que
mágicamente se deslizaban
suavemente por su pelo como el manto que
cubre a las novias en su noche de bodas.
La finitud de sus
vidas truncas se hizo infinita girando rítmicamente al musical son de los
vaivenes del amor dentro de ese gran agujero temporal en que el mismo universo los había colocado
para cumplir con su mandato.
Sus espíritus se
elevaron, satisfechos ya, fundiéndose eternamente en la inmensidad del
tiempo y del espacio.