Atrapar la felicidad

Cuando escuches el canto de los grillos en tu jardín, no los espantes... shhh... cuídalos... porque ellos son los portadores de la felicidad... shhh…

Si si.  Como lo oyes... Así supo Airún un día que los grillos eran los portadores de la buenaventura y del júbilo y que por eso, cuando sus... cri-cri... cri-cri... cri-cri... resonaban en las noches de luna después de una lluvia de verano, dándole una serenata desde la ventana que da al jardín, debía agradecer, porque ellos anunciaban con su canto, alegría y bienestar.

Fue entonces cuando Airún sintió tanta curiosidad por conocer la felicidad y tenerla para sí, que inicio una intensa y ardua búsqueda... una feroz cacería... de inocente apariencia... 

Migró existencia tras existencia por todos los confines del universo, atrapando a todos los grillos que se cruzaban en su camino y guardándolos en su preciada cajita grillera, hasta agotar en ésta desesperada búsqueda, todas sus vidas posibles en todos sus  universos… quedándose sin energía... sin savia... y sin tiempo... 

Cuando por fin todos los grillos de la eternidad fueron solo suyos, ya no le quedó ni una sola vida para ser feliz... 

Claro... esta historia es difícil de creer y de comprender... pero no la cuentes... shhh... porque esto que te confío es un ancestral secreto de los dioses... shhh...

¿Sabes?... en su última vida, Airún, habiéndose transformado en un grillo... también quedó atrapada en su preciosa cajita grillera... shhh… 


                                           ¿Prefieres escuchar este cuento?
Atrapar la felicidad
(Cristina Leiva - Cris, Lacarancha)

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