Artesana del tiempo

Sus pasos fuertes, largos, resuenan haciendo eco en el interminable y ascético pasillo.

 Sus zapatos relucientes y su guardapolvo blanco se reflejan en el brillo exagerado del piso; se detiene un momento, solo un pequeño instante, y mira hacia arriba.  La sombra de la duda quizás? pero se recompone rápidamente, abre la puerta y entra al laboratorio.

Había pasado largas horas; días y días sin dormir, entusiasmada en su descubrimiento y ansiaba probarlo de una vez por todas.

¿Se  atrevería, por fin, a cruzar esa barrera?

Da una cariñosa y nostálgica mirada a todo el mobiliario,  se sienta sobre el sillón que parecía esperarla ansiosamente, cierra los ojos y tomando coraje, sin pensarlo más,  entra por ese agujero de tiempo que había encontrado casualmente en sus investigaciones. Siente miedo. Un gran temor a lo que estaba a punto de vivir, temor a lo desconocido la envolvía toda. Al fin Lo atraviesa torpemente, se golpea , choca contra sus paredes, se lastima, vomita, llora, ríe, canta. La experiencia es asombrosa

 Ante la rapidez de los sucesos cientos de imágenes se agolpan en  sus ojos y otras pasan desapercibidas.  Ese túnel debe llevarla a algún lado.

Comprende que viaja a velocidades mucho más rápidas que la luz, más rápidas que los neutrinos, esas diminutas partículas subatómicas que parecieran llevar a toda una revolución de la física.

El tiempo se comprime  por momentos, otras se estira cual un abanico que se abre y se cierra, como un bandoneón que interpreta el mejor tango, y en ese movimiento de expansión y contracción continuo su viaje se vuelve cada vez más increíble e inquietante.

Se ha convertido sin darse cuenta, en una verdadera artesana del tiempo y la distancia, manejándolos a su antojo, a veces  acortándolo y  otras  estirándolo a voluntad para disfrutar más de algún momento determinado, o para ahondar en su  búsqueda de la verdad.

Ha descubierto que ese túnel del tiempo, esa máquina temporal por todos buscada, estaba en ella,  en su cerebro, y que su mente con solo pensarlo la lleva de viaje, raudamente, al pasado más remoto haciéndola visitar  sus paisajes más buscados, vislumbrar su futuro, regresar al presente y dejar que la vida la sorprenda.

Al comprenderlo, su conciencia se expande y su ser evoluciona, entonces, tranquila y feliz, deja el laboratorio y se sienta en el cordón de la vereda a esperar a que el pase. Al verlo le tiende la mano y juntos recorren el camino.



Artesana del tiempo
Cristina Leiva - Cris. Lacarancha


       

                                       Clauio Arrau. " Piano Sonata in B minor, S.178 ". Franz Liszt . * Pinturas de Catrin Wels Stein *



Cumpliendo un sueño


Quería elevarse para ver todos los caminos.

Decidida a cumplir su sueño, escaló la cima más alta.

Al llegar, extendió sus alas y se lanzó a volar.


Cumpliendo un sueño
Cristina Leiva - Cris, Lacarancha

       Aprender a Volar - Patricia Sosa (Subtitulado) 




El camino de las lilas


Con su rostro acartonado por sus arrugas como el más  antiguo de los pergaminos, su mente lúcida aún, descansaba sentada en su sillón de mimbre  bajo los tibios rayos de un sol de invierno, sosteniendo entre sus manos delgadas y frágiles, Cien años de soledad.

 Cien años de soledad  el libro. Cien años de soledad su cuerpo. Cien años de soledad su corazón, gastado… sufrido.

Leyó  unas líneas pero la modorra la invadió y la ganó el sueño.

En su mente adormilada se sucedían muchas batallas ganadas a la vida. Recuerdos que ni ella misma los creía vivos ya; recuerdos de amores,  de fracasos, aciertos, dolores y alegrías.

Tanto tiempo había pasado y todo ese cúmulo de ansiedades, de objetivos muertos, de deseos vivos  danzaban allí, en su mente,  pujando por salir.

¡Si!  Se sentía joven, hermosa y ligera como cuando tenía 20 años, con los mismos deseos, las mismas ansias locas de saltar, de cantar, de reír,  de amar como  entonces, solo que su espíritu joven estaba atrapado en un envase viejo y cansado que no lo sentía suyo.

Abrió los ojos sorprendida. La noche era profunda y las estrellas, cual cosquillas del cielo, la rodeaban y la hacían sonreír. Sentía la tibieza  de la noche en la piel y en el alma que la acariciaba como su suave mantón de manila de pura seda que le cubría los hombros…


El camino de las lilas
Cristina Leiva, Cris, Lacarancha



                                                                     Miguel Bosé y Noa - La vida es bella


La carrera


El tiempo. el tiempo el tiempo ¡Que puedo decir yo del tiempo !

 El tiempo es extravagante, el tiempo es ilusorio. El tiempo es un ilógico tirano que mueve mis hilos a su antojo riéndose de mi y yo, yo no logro entenderlo.

Me retraso lo espero me adelanto  corro y no sé por qué pero él siempre, altanero y burlón se aleja, se aleja, se aleja, se aleja.

  El nunca tolera caminar a la par.


Así cavilaba ¡que digo cavilaba !, ¡mascullaba!, entre ofendido y tristón continuando su frustrada marcha...  tictactictactictac...tic...tac...tic...


La carrera
Cristina Leiva - Cris, Lacarancha