Como el nogal que celosamente guarda dentro de la semilla dura y rugosa de la nuez, la esencia rica, carnosa y nutritiva de su fruto, así, como quien vive guardado en un secreto, encerrado dentro de su cáscara, pasaba la vida entera con ocultamientos, con sentimientos de vergüenzas y de culpas que ponían en su rostro, esa mirada llena de tristeza e insatisfacción, hasta que un buen día decidió salirse de sí y enfrentar los prejuicios del mundo entero.
Lo había pensado muy bien. Sólo un buen observador podría darse cuenta de su tan demorada decisión.
Nada... nada delataba su elección: ni gestos, ni rasgos, ni el sonido de su voz... salvo... los 5 botones de su camisa ubicados a su derecha.
Cinco botones
Imagen autoria de @Nelsong
La mala reputación (La mauvaise réputation )-Claudina y Alberto Gambino
visitaba con frecuencia aquella extraña y solitaria
playa de conchillas en los otoños de San Antonio este y como siempre al llegar realizaba su rutinaria
costumbre de tirar piedritas haciendo sapitos en el agua que él, divertido, se
las devolvía dejando a sus pies espumosos algodones de azúcar.
Un día, y como quien no quiere la cosa, sapito va,
caracolito viene, mensajitos amorosos y picarones que le mandaba en las
conchillas y ella esperaba y escuchaba ruborizándose, se enamoró del mar.
Su pasión
por él crecía día a día.
Ella
escuchaba su imperioso llamado aunque se resistía, temerosa, a abrirse al
amor, pero cuando su deseo se hizo incontenible decidió volver lo
imposible en posible y se internó en sus aguas más profundas, verdes y
calmas en esa porción oceánica protegida de miradas curiosas.
Por primera
vez sintió sobre su piel apasionada y loca ese sentimiento que la envolvía como
una caricia Suave y cálida.
El
sol del estío fue mudo testigo de esa total entrega, de esa unión mágica e
irrepetible.
Y así fue
como poco tiempo después, nació Marina la primera sirena, bella, voluptuosa,
dulce, que en las noches de luna nueva acompaña a las barcazas de
eventuales pescadores nocturnos, deleitándolos con su canto y amándolos hasta
el amanecer.