Un regalo especial de la serie: cuentos para Zoe


Quería conocer a alguien muy especial.

-          Ehhhhh- alguien muy especial, ¿donde estás?…

El silencio le respondió…

-          No te escucho. Habla más fuerte…

El silencio volvió a responderle…

Entonces Zoe buscó una hoja de papel, la enrolló formando un cono y miró por el agujero más grande…

La inmensidad se desplegaba ante ella... se sintió maravillada y quiso verla más de cerca.  

Entonces usó el cono como parlante y por el agujerito más pequeño gritó:

-          Ehhhhh- alguien muy especial, donde estás?…

De nuevo respondió el silencio…

-          No te escucho. Habla más fuerte por favor…

El silencio volvió a responderle. pero esta vez ella creyó escuchar algo como un lejano susurro. 

Fue a la biblioteca de mamá y sacó un cuaderno… fue al escritorio de papá y sacó sus

lápices… Se tiró boca abajo sobre la alfombra y quedando un rato muy pensativa, dibujó una estrella y luego otra y otra. ¡Y otra! También dibujo un planeta grande grande  grandote y otros tan pequeños pequeñísimos como nadie podría imaginar.

-           ahhhhhhhh aquí estabas- Dijo moviendo su cabeza de arriba abajo- Con razón no podía escucharte. Estabas allá, tan lejos… y metiendo un dedito entre los cientos de planetas dibujados en su hoja de papel le dijo: sube a mi dedo alguien especial.

Alguien especial trepó a su dedito y Zoe lo depositó en la punta de su nariz, muy cerca de sus ojos para verlo mejor.

-          ¡Qué lindo sos alguien especial! Me llamo Zoe  ¿y vos…?

Alguien especial le dijo -te regalo mi rosa. Con tu cuidado ella se pondrá cada vez más colorida y perfumada para que sepas que lo esencial es invisible a los ojos y ahora… dibújame un cordero…-

Y Zoe no dibujó un cordero. Zoe dibujó entre tantos planetas chicos, chiquititos, grandes y grandototes… una lucecita y le dijo:

-          Toma, te regalo mi lucecita. Con tu cuidado, si la mantienes encendida, ella se pondrá cada vez más y mas luminosa y cuando tengas miedo… vencerá tu oscuridad.

Zoe se durmió y el principito de su historia volvió a guardarse entre las páginas de un libro.


                                



Un regalo especial
Cuentos para Zoe
Cristina Leiva - Cris, Lacarancha


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