La
noche desnuda
esconde
pudorosa
tras
la lomada
su
ansiedad amorosa
y
espía a la fría luna
¡Que
luna!
¡A la
fría luna ella espía!
La
luna, lunita luna
antediluvianas
historias
de
rutas desconocidas
de besos,
y te
quiero,
y
caricias,
Ilumina.
Dorados
secretos de juvencia
en su
senectud recuerda,
habitantes
de un hueco perdido
en los
ventrículos sufridos
de un
viejo corazón partido
y como
siempre va intentando
superar
la ausencia, y no puede,
romántica,
la noche, a una reflexión accede:
“Continuamente
el tiempo
con silenciosos pasos
abre
sus pensamientos
convocando
al pasado.”
Y ya
con la mente fresca
y con
el primer lucero
la
noche desnuda,
la
desnuda noche,
con un
manto de estrellas
Comienza
a arroparse.
¡Que
derroche de estrellas
que
fue la antenoche
cuando
la pudorosa noche
salió
de la lomada
vestida de luminoso
terciopelo azul francia
y por un sequito de cometas
de larga cola escoltada,
y sin importar distancias
invitaba a festejar, sin prudencia
con brillantes luces y danzantes astros
la gran audacia que tuvo
de salir de la lomada.
La desnuda noche
Autor; Cristina Leiva
Escritora argentina
Narradora de sentimientos y emociones
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