Había una vez una simple mujer


Había una vez una simple mujer.

Le gustaba dormir bajo las estrellas,
caminar descalza,
sentir bajo sus pies la tierra húmeda,
mirar el horizonte,
fundirse con el sol,
envidiar a la luna,
bañarse en el rio,
jugar a la rayuela con el viento,
anhelar una caricia,
subir a la copa de  los árboles y, en una horqueta  de brazos  gruesos  y firmes  recostarse a saborear una naranja y leer el eternauta.

Había una vez  una simple  mujer.


 ¿ Solo eso ?...



Había una vez  una simple  mujer
(Cristina Leiva - Cris, Lacarancha)



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