Hace como 300 millones de años la tierra era un súper
continente. Todo tierra… Pangea se llamaba.
Luego comenzó a
dividirse y nacieron los continentes. Éstos se llenaron de árboles verdes de
todo tipo, de flores y otras plantas y de animales también.
En nuestra
Patagonia crecieron las araucarias, las lengas y los cipreses que en el
paciente caminar del tiempo fueron muriendo para dar nacimiento a otros árboles
y sus añosos restos se perdieron en la más absoluta oscuridad, sin oxígeno, sin
nada… solo soledad y silencio… silencio y soledad.
Lentamente esos troncos de araucarias, lengas y cipreses se
fueron transformando en madera petrificada… en ópalo… en ágata… en cuarzo… en pedernal.
Al llegar la edad de piedra, por fin el hombre primitivo hizo chocar dos trozos de
pedernal y gracias a la sílice, de un chispazo nació el fuego.
Tuvo que pasar toda una eternidad para que se pudiera
provocar una fogata con 1 encendedor de pedernal, sin embargo en este sur lleno
de nieve, un día nos encontramos tú y yo, nuestras miradas se perdieron una
dentro de la otra, y solo un instante fue suficiente para encender una hoguera
y la nieve se derritiera.
Existen evidencias del
control del fuego por parte del Homo erectus hace 1,5 millones de años ( en el
paleolítico ) quienes fueron capaces de reproducirlo y mantenerlo. ,El pedernal
que pertenece a la variedad de la sílice lo produce al chocar con un eslabón de
acero
Pedernal
Cristina L. Leiva - C ris, Lacarancha
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