Oblivión


Nunca había sentido la necesidad de reflexionar sobre el círculo de la vida y la muerte; ni siquiera si había un... más allá después de esta existencia.

Habría algo?...Jamás se lo preguntó. Carecía de ese espíritu inquieto que busca y busca tras las piedras sin encontrar respuestas que solo el tiempo podía brindar. Así de grande era su desinterés en este tema.

Si a la vida siempre le seguía la muerte y a la muerte, indefinidamente le seguía la vida, le resultaba totalmente indiferente. Aunque ellas, vida y muerte, muerte y vida siempre avanzaran de la mano, para él no era existencia ni tampoco inexistencia.

Esas preguntas profundas de las almas inquietas que incentivan su capacidad de búsqueda con dudas existenciales no eran suyas.

No le importaba si había respuestas a  tamaño interrogante, hasta el día en que su amor partió de su lado llevándose el corazón, la emoción, la esperanza, los días y las noches, todos los proyectos... la vida entera de la cual, nunca más volvería a disfrutar.

Así sentía el dolor de  su ausencia;  como esa desgarrada desesperanza provocada por su no creer que lacerante, le atraviesa las entrañas dejándolo como descarnado, sin permitirle cicatrizar, durante años y años y años de pensarla, de extrañarla y de llorarla.

Sin embargo una noche despertó sobresaltado. Quiso recordarla para dormirse entre sus brazos como antes y no encontró sus ojos, ni su sonrisa, ni su mirada.

 Su mente vacía de recuerdos lo alteró.

 Se vio sentado sobre una cornisa  viéndola partir, de espaldas a él, alejándose lentamente sin volverse a mirarlo. Y eso, ¡cómo le dolió!

El, sentado sobre esa orilla, muy alto, con sus pies colgando al vacío desde donde  podía ver todos los caminos, y se aterró al reconocerlo ante sí, también podía ver claramente, el camino del olvido.

 ¡Como hubiera deseado en ese momento creer en otras existencias para que su vida siguiera con la esperanza de un reencuentro, pero, no podía ya  recordar el sonido de su voz, ni de sus risas y recién allí comprendió que con ese olvido, la muerte  al fin la había alcanzado.


 autor de la pintura:  @Kuroro 97

Oblivión
Cristina Leiva - Cris, Lacarancha

Oblivion de Astor Piazzolla / Animación Ryan Woodward




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