Con la era de las comunicaciones nacieron otras formas de amar.
Nadie se sorprende ya, que separados por
el océano, con los labios sobre el
monitor, llegue el beso convertido en
fuego, estremecimiento, emoción; sensaciones tan intensas y húmedas provocadas
en ambos, que viajan al instante en esos pulsos eléctricos atravesando el
espacio infinito, uniendo sus mentes en la intimidad más absoluta de un
profundo acto de amor.
Cuenta la leyenda que en la antigüedad,
las personas debían estar frente a
frente para enamorarse
.Amor cibernético
Cristina Leiva - Cris, Lacarancha
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